martes, 11 de septiembre de 2012

crisis de sucesión inca (juan jose molina)


La costumbre, tradición y las leyes del Incario, establecían que la sucesión del inca sucesor

debía ser ocupada por un descendiente directo estando en primera línea el hijo del actual

emperador con una Coya (miembro de la familia imperial). A falta del anterior debía ocupar

el trono el hijo del inca con una Palla (princesa real del Cuzco). A falta de los anteriores

herederos legítimos, podían reclamar los hijos del Inca procreados con Ñustas (princesas

extranjeras).

Huayna Cápac había nombrado como heredero con anterioridad a Ninán Cuyuchi (hijo de

la Coya Mama-Cussi-Rimay) más éste resultó enfermo de viruela y murió muy joven en la

ciudad de Quito. Entonces la falta del heredero legítimo directo habilitó la sucesión del hijo

del Inca con una Palla (princesa real del Cuzco) y dos fueron los pretendientes: Manco-Inga-

Yupanqui (hijo en la Palla Civi-Chimpo-Rontosca) quien murió por la misma enfermedad que

ocasiono la muerte de su padre sorpresivamente y su otro hijo, Huáscar, cuya madre la Palla

Rahuac-Ocllo había gobernado el Cuzco durante la ausencia de Huayna-Cápac. Atahualpa,

siendo hijo de Tocto Ocllo Coca y del Inca, se sintió con derecho también a reclamar el

trono de su padre.

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